El Presidente del Ateneo, Alberto Máximo Pérez Calero, hace entrega de la diosa Palas Atenea, al capitán de la Centuria Macarena
La Centuria ha permanecido dentro de la la institución cultural durante una hora aproximadamente
JUEVES 28 DE MARZO/ SEVILLA En el marco de la celebración del Jueves Santo de la Semana Santa de Sevilla, los Armaos de la Centuria Macarena han visitado el Ateneo de Sevilla sobre las 21.40h haciendo una parada de una hora aproximadamente dentro de la Docta Casa.
Ya desde las 21h se agrupaban decenas de personas en la Calle Orfila a la espera de la llegada de la Centuria Macarena, y cuando los primeros Armaos asomaron en el inicio de la vía, fueron cientos los ciudadanos agolpados para ver el desfile de armaduras.
El Presidente del Ateneo de Sevilla, Alberto Máximo Pérez Calero, junto a miembros de su Junta Directiva esperaban a la entrada de la institución, situada en el número 7, al Capitán, Fernando Vaz Calderón, y toda la Centuria. Tras el protocolo de recibimiento y los afectuosos saludos, los Armaos fueron entrando en la Docta Casa.
Durante la estancia de la Centuria en el Ateneo, ha tenido lugar un acto en el que el Presidente, Alberto Máximo Pérez Calero, ha entregado una escultura con el busto de Palas Atenea, al Capitán, Fernando Vaz Calderón, en recuerdo a la estancia.
“El Excmo. Ateneo de Sevilla es la única institución cultural a la que visita la Centuria Macarena en su recorrido por las calles de nuestra ciudad. Para el Ateneo es todo un honor darles estancia, como coloquialmente se suele decir, nuestra casa es vuestra casa”, ha dicho Alberto Máximo Pérez Calero. Además, el presidente de la institución ha expuesto que “el Ateneo, como responsable de una Fiesta Mayor de Sevilla que es la Cabalgata de Reyes Magos, no puede más que apoyar a otra Fiesta Mayor de Sevilla como es la Semana Santa, en beneficio a la vida cultural y social de las sevillanas y los sevillanos”.
Un año más la Centuria de la Macarena hacen parada en el Ateneo. Sobre las 22.30h los Armaos volvieron a hacer filas para salir de la Docta Casa. Centenares de personas se agolpaban en toda la calle para ser testigos de su ritual marcha por la ciudad.
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