RAMÓN ESPEJO Y PÉREZ DE LA CONCHA
Cuando aún resuenan las voces de los intervinientes en el homenaje póstumo a Dª Carmen Calleja de Pablo, nos llega la noticia de la muerte del que fue Presidente del Excmo. Ateneo de Sevilla (1988-1996) a los 79 años de edad.
Para conocer con detenimiento su labor al frente de la institución será fundamental detenerse en la «MEMORIA DE LA PRESIDENCIA DE DON RAMÓN ESPEJO Y PÉREZ DE LA CONCHA (1988-1996)» escrita por el entonces Secretario D. Manuel Toribio Lemes en 2004, siendo Presidente de la institución D. Enrique Barrero González.
D. Ramón era ya socio estudiante en noviembre de 1957 y socio numerario en enero de 1961 del Ateneo de Sevilla, corporación en la que ocupó los cargos de Secretario General (1964-1966) y (1977-1980), Presidente de la Sección de Crónicas y Publicaciones (1967-1976) así como la Vicepresidencia Primera (1981-1988). Encarnó al Rey Gaspar en la Cabalgata de 1979, siendo Pregonero de la misma en 1986. El 17 de mayo de 1999 le fue impuesta la Medalla de Oro del Ateneo de Sevilla y el pasado año recibió la placa con motivo de sus 50 años como socio de la institución en un emotivo acto que tuve el honor de presidir.
Abogado, Liquidador del Impuesto de Protección de Menores y Jefe del Servicio de Impuestos de la Consejería de Hacienda, ocupó el cargo de Concejal del Excmo. Ayuntamiento de Sevilla por el partido de la UCD.
Con ser todo lo mencionado anteriormente relevante pues nos habla de una vida consagrada en gran parte a su Ateneo del alma, nada le meritó tanto como su bondad y hombría de bien.
Tuve el honor de conocerle bien pues durante muchos años fui su Médico de Cabecera y de Familia. La enfermedad rondó su vida durante muchos años, deteriorando de manera evidente su salud. Gracias al apoyo constante de María del Carmen, su mujer, su apoyo y su consuelo permanente; el cariño de sus hijos María y Manuel y el afecto de sus amigos pudo llevar con enorme dignidad la patología que padecía.
Ayer en el Tanatorio le vi por última vez; sin embargo, sus amigos no le vamos a olvidar y su recuerdo permanecerá indeleble como flor que no se marchita.
ALBERTO MÁXIMO PEREZ CALERO
PRESIDENTE DEL EXCMO. ATENEO DE SEVILLA