Conferencia: «Asistencia y profesionalización de los cuidados enfermeros en los hospitales de Sevilla en los siglos XVII y XVIII
El Colegio Oficial de Enfermería de Sevilla vuelve a elegir el Excmo. Ateneo de Sevilla como punto de encuentro para celebrar una nueva conferencia. En esta ocasión, bajo el título «Asistencia y profesionalización de los cuidados enfermeros en los hospitales de Sevilla en los siglos XVII y XVIII», D. Manuel Ángel Calvo Clavo, profesor del Departamento de Enfermería de la Universidad de Sevilla vinculado al Hospital Universitario Virgen del Rocio, será quién dicte el coloquio, centrado en la modernización de la atención socio-sanitaria en Sevilla se «moderniza» tras el proceso de reducción de hospitales de 1585, realizado por el Cardenal D. Rodrigo de Castro.
Preside el acto D. José Benito Pérez Bernal y presentará D. José Ángel Campanario Argüelles, Tesorero del Excmo. Colegio Oficial de Enfermería de Sevilla.
Sinopsis
Mediante el proceso de modernización de la atención socio-sanitaria de Sevilla, 75 de los hospitales existentes en Sevilla son suprimidos y con los bienes de estos hospitales suprimidos surgen dos grandes hospitales: el del Espíritu Santo y el del Amor de Dios, que se unen a hospitales que no desaparecieron, como el de San Hermenegildo, Real de San Lázaro, de las Cinco Llagas o el de los Inocentes; y a otros de nueva creación posterior, como el Hospital de la Caridad o el de los Venerables Sacerdotes.
El galenismo hipocratista o ambientalismo hipocratista continúa siendo el principal modelo de la práctica médica, donde se identifican como elementos principales en el mantenimiento y recuperación de la salud, el «aire y ambiente, comida y bebida, movimiento y descanso, sueño y vigilia, excreciones y secreciones, y afectos del ánimo».
El estudio de algunos de esos hospitales sevillanos a través de fuentes primarias (sus reglas, estatutos o constituciones, diversas fuentes iconográficas) y fuentes secundarias, nos permite constatar la existencia en los siglos XVI y XVII de un sistema sanitario en Sevilla acorde a esa época, basado en hospitales especializados en una o varias enfermedades muy definidas, y con separación de los hospitales sanitarios de los asilos o albergues para pobres.
En este ambiente hipocratista, poco abierto todavía a las novedades correspondientes a las que hoy llamamos «ciencias básicas», no sólo en la anatomía, sino también en el de la naciente fisiología y la farmacoterapia, los cuidados dispensados por las enfermeras y enfermeros de aquellos hospitales sevillanos, eran la base fundamental de la recuperación y del mantenimiento de la salud de los enfermos.
Concretamente, en esos hospitales sevillanos, enfermeras altamente «profesionalizadas» dispensaban cuidados básicos, para favorecer una buena alimentación, la eliminación, el movimiento, reposo y sueño, vestido e higiene, el mantenimiento de la temperatura corporal o las creencias; pero también estas enfermeras dispensaban los cuidados “terapéuticos”, como las sangrías, unciones mercuriales, etc.
Tanta era la calidad del desempeño de las enfermeras en los hospitales sevillanos, que en el siglo XVII, más de dos siglos antes de que en España se considerase a las enfermeras como profesionales sanitarias, ya en hospitales sevillanos se constataron indicios de profesionalización enfermera, tales como que la actividad enfermera era regulada por las autoridades hospitalarias, que en algunos hospitales se exigían a los enfermeros requisitos académicos y formativos para ejercer e incluso se impartía formación a enfermeras. Igualmente se constata que, en ese periodo, la actividad de las enfermeras tenía un alto reconocimiento social, que además de cuidar, asumían tareas de gestión del contexto hospitalario pues supervisaban oficios paramédicos, y que la gran mayoría de enfermeras obtenían una remuneración a cambio de su trabajo.
El único rasgo de profesionalización no constatado en las enfermeras durante el siglo XVII, en hospitales sevillanos, fue la regulación de sus contenidos curriculares formativos, cosa que no ocurriría oficialmente en España hasta mayo de 1915, cuando el Gobierno Central creó el título y estudios oficiales de enfermera a instancias de las Siervas de María. La ausencia de este importante rasgo impidió hasta ese momento, culminar definitivamente el proceso de profesionalización de las enfermeras en España.