Tras vivir una Cabalgata de Reyes Magos plena, se llevó a cabo la tradicional visita al centro sanitario
07.01.2024 | Sevilla
La madrugada del pasado seis de enero, mientras los niños dormían en sus casas con la imagen de una Cabalgata llena de color aún viva en sus retinas, y con la visión clara e inequívoca de haber visto a sus Majestades llegar a la ciudad, los Reyes Magos y su Cortejo Real acompañados de varios representantes del Ateneo de Sevilla, entre ellos el presidente del Ateneo D. Emilio Boja Malavé, se adentraron donde más falta hace la ilusión y la esperanza, dando así comienzo la que conocemos como la Segunda Cabalgata: la de los hospitales.
En este caso, tras haber visitado en la edición pasada el Hospital Universitario Virgen Macarena, tocó el turno del Infantil del Virgen del Rocío, donde fueron recibidos entre villancicos, guitarras, globos, panderetas y algún que otro «¡Vivan los Reyes Magos!». Como marca la tradición, el director del Hospital tomó la palabra para agradecer el esfuerzo que hacían aquellos mágicos personajes, recordando el valor de esta acción promovida por el Ateneo de Sevilla y que recuerda el origen de la Cabalgata de Reyes Magos, que José María Izquierdo sacó adelante como un acto de entrega de juguetes y golosinas en las hospederías. Tras ello, D. Fernando Fabiani, Secretario General del Ateneo de Sevilla quiso reconocer la labor que los sanitarios desempeñan cada día en los hospitales, asemejando y reconociéndoles la responsabilidad que, en el ámbito de la fe y la esperanza, tienen para los enfermos pero sobre todo, para los familiares. En esta idea incidió también Gaspar que, quitándose tanto a él como a sus compañeros cierto mérito, depositó todo su agradecimiento al sector sanitario, que conoce bien, por todas esas horas en las que sus cuidados son bálsamo y abrigo de tantos.
Tras el breve acto, el Cortejo Real se dispuso a realizar las visitas y a entregar juguetes, llenando de ilusión y esperanza el centro sanitario, que despertó ante el cantar de un grupo de jóvenes que allí se encontraba guitarra en mano para el acto. Y así, tras visitar a los primeros niños, los Reyes Magos de Oriente y su Cortejo Real abandonaron el Hospital Universitario Virgen del Rocío para comenzar a visitar el resto de las casas de la ciudad.
