La conferencia fue organizada por la Academia Andaluza de la Historia, con sede en el Ateneo de Sevilla
Lunes 20 de marzo de 2023, 19:00 h.
El lunes 20 de marzo, a las 19:00 h., en el Salón de Actos del Excmo. Ateneo de Sevilla, el Dr. D. Gerardo Pérez Calero dictó la conferencia «El pintor Eduardo Cano de la Peña en el bicentenario de su nacimiento (1823-1897).» El acto fue organizado por la Academia Andaluza de la Historia, de la que el conferenciante es miembro de número.
D. Gerardo Pérez Calero, Catedrático jubilado de la Universidad de Sevilla, ha desarrollado una extensa y fructífera labor investigadora, fundamentalmente centrada en el estudio de los pintores sevillanos del siglo XIX y de comienzos del siglo XX, y ha estudiado extensamente la labor artística del Ateneo de Sevilla a lo largo de su historia en libros como Las Bellas Artes y el Ateneo de Sevilla (1951-2009), y de Sevilla y su provincia en obras como La Vida Artística de la Ciudad (2010) o La Real Academia de Ciencias, Bellas Artes y Buenas Letras «Luis Vélez De Guevara» de Écija (2014). En 1979 publicó una monografía dedicada al pintor Eduardo Cano, que en 2015 se ha visto enriquecida en una nueva publicación por parte de la Editorial Universidad de Sevilla.
Eduardo Cano de la Peña
Eduardo Cano de la Peña, madrileño de nacimiento y sevillano de asentamiento, es una figura capital en las artes españolas decimonónicas, en aquel entonces en proceso de reivindicación. El traslado de su padre a Sevilla como arquitecto mayor le posibilitará el ejercicio docente y el magisterio a toda una generación de pintores de muy brillante futuro en la ciudad y fuera de ella. Miembro de la generación puente entre el Romanticismo y el Realismo, formado en el purismo con los más granados artistas de la era isabelina (Carlos L. de Ribera y Federico de Madrazo), estudiando en París y practicando algún que otro tema costumbrista neorromántico de cuño fortuniano, inauguró brillantemente en los comedios de siglo la pintura de historia al conseguir con obras de esa temática la máxima recompensa en las dos primeras Exposiciones Nacionales de Bellas Artes de Madrid en 1856 y 1858.
